Buenos Aires se derrite de calor y el aire acondicionado de la sala de estar nos mantiene unidos. "Caña seca y un membrillo", del Indio Solari y Los Redondos, suena fuerte mientras el sol del atardecer se posa sobre la jungla de edificios de la ciudad y entra de lleno por el ventanal del piso 18, marcando el final de un nuevo dia.
"Estábamos por comenzar una aventura de resultados inciertos, difícil de redimensionar y con un gran objetivo: vivir por el mundo como en casa. La consigna para lograrlo: viajar con lo puesto, ligeros de equipaje y con el corazón abierto a lo que viniera, adaptándonos a la cotidianeidad de cada lugar y su gente"
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